MAXIMILIANO GUERRA Y PATRICIA BACA URQUIZA
martes, 2 de octubre de 2007
REVISTA CARAS / Maximiliano Guerra y Patricia Baca Urquiza / `Nos casamos despues de seis años de convivencia´
La boda será el 15 de diciembre. Los bailarines celebrarán en el `Espacio Darwin´ junto a 400 invitados. Ella todavía no tiene diseñador para su vestido. El llevará unos borceguíes de Ricky Sarkany: no usa zapatos.
Se miran intensamente. Con la misma pasión que Romeo miraba a Julieta en la obra de Shakespeare, tantas veces inmortalizada por él. Y entonces concluyen que se aman, pero con la certeza de que su amor forma parte de la vida real y no de un guión teatral. Y para celebrar tan profundo sentimiento, y después de casi seis años de convivencia, los bailarines Maximiliano Guerra (40) y Patricia Baca Urquiza (29), se unirán en matrimonio el próximo 15 de diciembre.
El lugar elegido para la celebración es el “Espacio Darwin” y las pequeñas hijas de la pareja, Azul (4) y Zoe (1 año y ocho meses), serán las encargadas de llevar los anillos. Tal vez el deseo de empezar a palpitar la boda haya sido lo que llevó a los bailarines a comprar las alianzas en el mes de marzo. “Las empezamos a buscar y nos encantó un diseñador cordobés. Fuimos a verlo y elegimos estas que tienen los tres oros porque, de algún modo, simbolizan las tres hijas que yo tengo. Y porque Patricia toma a la primera como parte de ella también”, explica “Maxi” —tal como todos lo llaman— refiriéndose a Micaela (13), hija de su primer matrimonio, quien vive en Italia y viajará especialmente para acompañar a su papá el día de su boda.
La de Maxi y Patricia es una historia de amor que, como las grandes pasiones, debe ser celebrada, porque demuestra que no fue la casualidad la que se presentó en sus vidas, sino la causalidad.
—¿Cómo se conocieron?
—P: En 2001 yo estaba por dejar de bailar, pero me presenté a una audición para la compañía de Maxi, el “Ballet del Mercosur”, pensando que era la última audición que haría. Fui porque quería conocer a Maxi de cerca, así es que lo miraba y lo miraba. Audicioné y entré a la compañía.
—M: Empezamos a trabajar y tuvimos nuestras diferencias porque ella quería ser solamente bailarina clásica y yo le impuse una coreografía contemporánea y lo hizo bárbaro.
—Pero, ¿cuándo nació el amor?
—P: El mismo año, durante una gira por Usuhaia. Yo cubrí el lugar de una bailarina que hacía un número de tango con él y que se había lastimado. Estaba muy nerviosa, pero feliz porque bailaba con Maximiliano Guerra. Al final del ballet había un beso en la escena y yo sentí que no había sido actuado, que algo había sucedido. Esa noche cenamos todos juntos, lo conocí más y me flechó.
—M: Ella a mí también. Mi primer matrimonio andaba mal y obviamente ésto me abrió a la vida de nuevo, me dio oxígeno.
—Y comenzaron una profunda relación de la cual nacieron Azul y Zoe...
—P: Sí, todo se dio con mucho respeto y amor y sin pensar en lo que podía pasar el día de mañana. De un modo natural, fue todo instinto y pasión. Así quedé embarazada de Azul y ahí empezamos a ver el tema de vivir juntos. Más tarde nació Zoe y yo volví a bailar después de los partos.
—Luego de seis años de convivencia ¿cómo llegaron a la decisión de casarse legalmente?
—M: Yo siento que mi alma y mi corazón se casaron con “Pato” después de la función, en aquella gira en Usuahia. Y ahora esta unión me hace muy feliz, porque a una mujer y a un hombre que se aman, lo mejor que les puede pasar es festejar ese gran amor y esa felicidad cotidiana con la gente querida. Por eso deseamos que la fiesta sea muy divertida.
—¿Cómo le propuso matrimonio?
—M: El 3 de febrero nos tomamos un fin de semana romántico. Nos fuimos a cenar y le dije: “Tengo muchas ganas de que nos casemos” y ella no me contestó. Tomó el teléfono y llamó a sus amigas y a su mamá para decirles “¡me caso, me caso!”. Todavía estoy esperando que me conteste (risas).
Pero como hay respuestas que no necesitan palabras, una mirada bastó para que comenzaran a organizar la soñada boda, mientras continúan con los ensayos para la presentación del espectáculo “Argentino”, el próximo 10 de junio en el Gran Rex.
Fotos: C.CASCO/PERFIL
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